Pastel de zanahorias

Realmente creo que esto más que un pastel es un pudin, pero bueno. He llegado a la conclusión de que casi cualquier verdura es susceptible de cocinarse en pudin, que es una manera sencilla y sana de aumentar el consumo de verduras en la dieta y también constituye una cena ligera acompañado de una ensalada, que no sé vosotras pero a mi lo de pensar las cenas me dá una fatiga tremenda…

Pastel / Pudin de zanahorias.

Ingredientes

5 ó 6 zanahorias
1/2 cebolla
15 nueces troceadas
1 huevo
cucharada y media de queso de untar tipo Philadelphia
mantequilla
pan rallado
sal, pimienta y curry

Cocer las zanahorias en agua con sal hasta que estén blandas.
Rehogar la cebolla picada finamente y una vez cocidas las zanahorias escurrir y chafar con un tenedor hasta tener un puré. Rehogarlas un par de minutos con la cebolla y echar la mezcla en un cuenco.
Y ahora queda mezclar el resto de los ingredientes hasta formar una masa un poco consistente; no os puedo dar medidas porque yo siempre lo hago a ojo.
Engrasar un molde con mantequilla y un poco de pan rallado, poner la mezcla de zanahorias y hornear a 180º durante ¾ de hora o una hora, dependiendo de la potencia del horno. Para comprobar que está hecho pinchar el pastel y cuando el cuchillo salga seco ya se puede sacar (a pesar de lo que recomienden muchos libros yo uso un cuchillo, me niego a usar mis agujas de punto para semejante tarea!).
Dejar enfriar y desmoldar el pastel. Está igualmente rico frio que caliente y además aguanta un par de días en la nevera sin ningún problema.

Versión albóndigas:

Pero esta receta tiene otra versión que es hacer albóndigas, así que aquí van las indicaciones.
Para que la masa quede más consistente se le puede añadir un poco de harina, avena en copos o soja texturizada fina. Se deja enfriar una media hora en la nevera y ya está lista para hacer albóndigas siguiendo el método habitual, enharinarte las manos e ir dándoles forma con un poco de harina. Son algo pringosas de hacer porque la masa se pega a las manos así que echadle paciencia. Es mejor hacerlas pequeñas que muy grandes que luego son poco manejables.
Ya sólo queda freir en aceite hasta que se doren, poner en papel de cocina para escurrir un poco el aceite. Quedan muy ricas acompañadas con un poco de salsa de yogur o si le queréis dar un toque más oriental con un poco de salsa de soja de la salada.